19 de septiembre de 2011

Para la gente a la que queremos

Cómo sabéis nos vamos a vivir a Argentina. Es por eso que os escribimos estas palabras. No con el propósito de despedirnos. Se trata más bien de una carta de agradecimiento.

Esta carta va dirigida a toda la gente que queremos. Va dirigida a vosotros. A vosotros que siempre habéis estado a nuestro lado cuando os hemos necesitado. Que siempre nos habéis ayudado sin ni siquiera tener necesidad de pedíroslo. Es por eso que, más allá de padres o tíos, primos, vecinos o compañeros, os queremos dar las gracias por ser nuestros AMIGOS.

Y digo que no se trata de una carta de despedida porqué, a pesar de que nos vamos a vivir a un país que está a más de 10.000 km. Un país donde el verano es invierno y el invierno verano. Un país que al melocotón se le llama durazno y coger significa joder. A pesar de todo ello para los sentimientos no hay distancias. Además, sólo nos separarán 1.000 € y 12 horas de vuelo.

A pesar de la tristeza que podamos sentir por separarnos de la gente querida, afrontamos esta nueva etapa con mucha ilusión. No nos vamos a un país donde no conocemos a nadie. En Argentina nos espera una gran familia. Una familia que nos acogerá con los brazos abiertos y nos ayudarán en todo lo que puedan y más.

Yo personalmente lo afronto como un desafío. Para mi supone un reto adaptarme a una nueva gente. A otra cultura. A otra forma de pensar. Y yo creo que son estos retos los que te enriquecen como persona.

Dicen que el hombre no se compone únicamente de sangre y huesos. Que cada experiencia vivida, que cada emoción sentida te va formado. Es por eso que sé que vosotros formareis parte de nosotros, estemos donde estemos, para siempre.

Ahora tendréis unos amigos en Argentina. Para los que no conozcáis el país, ahora tenéis una gran excusa para visitarlo. Para los que ya lo conozcáis ahora tenéis una gran excusa para repetir.

Esperamos veros pronto por esas tierras.

Os queremos.

5 de febrero de 2011

Mala persona

Hay días que me siento mala persona. Son esos días en los que me cruzo con alguien que necesita ayuda y paso de largo. Esos días en los que soy testigo de una injusticia y me quedo callado. Esos días que soy capaz de juzgar a alguien sin ni siquiera ponerme en sus circunstancias.

Y cuando me siento mala persona me siento triste. Siento la necesidad de gritar y expulsar de dentro de mí esa sensación que me aprieta el pecho. Siento la necesidad de salir corriendo intentando huir de mi mismo. Me quedo callado. Escuchando mi vacio. Esperando que todo cambie. Esperando sentirme mejor persona…

6 de enero de 2011

Mi mundo

Recuerdo como, cuando era pequeño, todo me parecía enorme. Las calles infinitas. Las montañas se las tragaba el cielo. Me sentía insignificante ante tanta inmensidad. Y me quedaba dormido pensando cómo sería Ahora.

Ahora me quedo quieto y penetro en mi mundo. Un mundo que sin ti no existiría. Te abrazo y siento como entras en mí ser. Un abrazo no se ve y sin embargo te estremece todo el cuerpo. Por eso creo que las cosas que no se ven son las mejores. Son las que tú me das. Los besos dados con el corazón. Esos besos que te penetran como un rayo y los sientes hasta en los huesos. Los abrazos sinceros. Esos abrazos que consiguen que tiemble todo tu cuerpo. Y desaparecen y se funden con tu alma. Por eso una mirada me basta. Una mirada profunda que me susurra al oído una historia de amor que no tiene fin.

Mi mundo es perfecto. Y tú eres lo más importante de él. Sin ti, mi mundo se desvanecería. Se transformaría en un lugar triste. Porque un lugar sin abrazos sinceros. Un lugar sin besos dados con el corazón. No tiene vida. Y un lugar sin vida es triste…